viernes, 25 de julio de 2008
Este relato me puso cachonda........
Mi relación con César iba viento en popa no sólo sentimentalmente sino también sexualmente, juntos comenzamos a explorar nuevas dimensiones del sexo, algunas de ellas muy excitantes de las que recuerdo una en particular que sucedió en el cine.
Ni siquiera recuerdo la película que fuimos a ver, sólo os puedo decir que seguramente fue la experiencia sexual más excitante que tuve con César. Recuerdo que era fin de semana y el verano estaba próximo, no sabíamos que hacer y César propuso ir al cine con el fin de hacer algo. Así que llegamos y viendo que no había nada apetecible en las carteleras, elegimos una casi al azar porque la sesión estaba a punto de comenzar, recuerdo que debía ser la sesión de las cinco de la tarde y la sala estaba casi vacía. No habría más de 20 o 30 personas en la sala, nos sentamos más o menos en la mitad de la sala compartiendo nuestra fila con un hombre que se encontraba a unos cinco o seis asientos de distancia de nosotros.
Tras los anuncios de rigor comenzó la película y tras visionar cerca de un cuarto de hora nos percatamos de que se trataba de un autentico bodrio al que ni siquiera se podría clasificar como serie B. Entonces recuerdo que César y yo nos levantamos con la intención de salir del cine, cuando comenzó una escena erótica, no recuerdo bien como era, lo cierto es que hizo que nos volviésemos a sentar, la película comenzaba a tener cierto tinte picantón y aquello nos gustaba, entonces comencé a sentir la mano de César entre mis muslos, y como lentamente subía bajo mi minifalda hasta rozar suavemente mi ropa interior. Yo que no quise ser desagradecida le correspondí acariciando su entrepierna sobre el pantalón. Seguramente la película no era muy buena, pero a nosotros, en plena actividad hormonal adolescente, nos bastaba la más mínima escena erótica para ponernos cachondos.
La mano de César seguía acariciándome, tanto que mis braguitas ya estaban mojadas, entonces comencé a mover mis caderas para notar con más fuerza su mano contra mi coño. César por su parte desabrochó el botón de su pantalón y bajó su cremallera y con un pequeño gesto dejó al descubierto su polla, entonces la agarré fuertemente con mi mano y comencé a hacerle una paja. Advertí que el hombre que se encontraba unos asientos más allá de César, que debería tener unos 40 años, se dio cuenta de lo que estábamos haciendo y no nos dejaba de mirar disimuladamente con el rabillo del ojo. Aquello, lejos de incomodarme, y para mi propia sorpresa, me excitaba aún más.
César, cerraba los ojos y suspiraba lo que le impedía percatarse de la situación. Yo seguía haciéndole la paja a César sin dejar de mirar a aquel tipo, que cada vez se escondía menos y comenzaba a mirarme fijamente a los ojos. A pesar de la oscuridad de la sala pude ver como sus manos desabrochaban su pantalón y dejaban al descubierto su polla y sin dejar de mirarme comenzó a masturbarse.
Aquella era una sensación nueva para mí, aquel hombre maduro masturbándose sin dejar de mirarme mientras le hacía una paja a César. En aquel momento estaba tan cachonda que si César no hubiera estado conmigo hubiera ido a masturbarlo sin pensarlo. César tenía los ojos cerrados mientras le hacía aquella paja lo que le impedía percatarse de
la situación. Entonces de manera inconsciente me agaché sobre la polla de mi novio y comencé a chupársela mirando a aquel tipo fijamente e imaginando que era a él a quien se la estaba mamando.
Mi coñito no dejaba de palpitar de lo cachonda que me había puesto así que llevé la mano de César a mi entrepierna, aparté mis braguitas a un lado y comencé a follarme dos de sus dedos. En aquel momento sólo en lo único que pensaba era en levantarme y sentarme sobre la polla de aquel desconocido hasta correrme. Pero mi timidez y sobre todo la presencia de César, que seguramente no me lo perdonaría en mi vida me lo impedían.
Yo continué cabalgando sobre los dedos de César hasta correrme, de la manera más discreta que pude, aunque fue inevitable soltar unos gemidos de placer que sin duda llegaron a oídos de nuestro acompañante quien no pudo evitar correrse sobre aquellas butacas, al oírme. Poco después César eyaculó sobre mi cara, a pesar de saber que es una de las cosas que más odio, sin advertir en ningún momento que habíamos tenido aquella tarde un compañero de juegos.
Publicado por MariaDulce en 12:19 0 comentarios
viernes, 4 de julio de 2008
Hacer de modelo webcam, es divertido, me gusta disfrutar de mi cuerpo. Soy diferente a la mayoría de modelos que puedas encontrar online. Creo que debido al hecho que realmente me encanta tener sexo en directo en la webcam, creo que muchas chicas estan presionadas a hacerlo y realmente no lo disfrutan, simplemente lo hacen por el dinero. El sentir un orgasmo con un desconocido es increible y yo quiero que otros lo sientan tanto como sea posible asi que entra te estoy esperando.
Publicado por MariaDulce en 5:51 0 comentarios